A raíz de la reforma energética en 2013, la expansión de la industria del gas y del petróleo ha crecido rápidamente. La primera ronda de licitaciones para el arrendamiento de petróleo en aguas profundas mexicanas terminó en diciembre, marcando el inicio para una serie de compañías privadas como: ExxonMobil y Chevron, por primera vez desde los años treinta. Durante este año se planean arrendamientos adicionales de lugares que se convertirán en nichos para actividades petroleras y de gas, tanto en tierra como mar adentro.
Todo esto sucede mientras México demuestra un notable clima de liderazgo, y mientras los países y las compañías del sector energético alrededor del mundo empiezan a actuar para controlar las emisiones de metano, un contaminante sumamente dañino que en forma rutinaria escapa de la industria mundial del petróleo y el gas. En otras palabras, el auge energético no pudo suceder en un momento más crítico. México está clasificado como el quinto emisor de metano más grande del mundo. Con la ausencia de reglas sólidas para el desarrollo futuro, estas emisiones pueden aumentar a un ritmo constante conforme más producción de petróleo y gas entre en operación como resultado de la reforma energética. Read More