COVID-19, protecciones ambientales debilitadas y violaciones a los derechos amenazan los territorios indígenas y las áreas protegidas de la Amazonía

Esta publicación fue corredactada por Bärbel Henneberger.

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Hombre Kichwa cruzando el Río Arajuno, Amazonia Ecuatoriana. Bärbel Henneberger

Los Pueblos Indígenas que habitan en la Amazonía son conocidos como “guardianes de los bosques” debido a su eficacia para mantenerlos intactos. Los territorios indígenas y las áreas protegidas conjuntamente cubren el 52% de la Amazonía y almacenan el 58% del carbono, superando así a las tierras circundantes en términos de almacenamiento de carbono y limitando las emisiones netas de carbono, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science a principios de año.

Aun así, los territorios indígenas y las áreas protegidas se enfrentan a nuevas amenazas. Los líderes indígenas de la Amazonía informan del incremento de casos de violación de sus derechos. Las invasiones por parte de los mineros, ganaderos y madereros ilegales que invaden las tierras indígenas protegidas quedan en la impunidad y, al parecer, todos ellos se sienten alentados por las declaraciones de los líderes políticos y los esfuerzos legislativos para permitir en los territorios indígenas nuevas concesiones mineras.

Las concesiones para la extracción de petróleo y minería otorgados por los gobiernos se superponen a cerca de una cuarta parte de los territorios indígenas reconocidos, lo que aumenta sustancialmente su vulnerabilidad a los impactos adversos.

Al momento el COVID-19 agrava estas amenazas en un escenario en que las autoridades nacionales no han podido patrullar las reservas naturales y territorios indígenas con la frecuencia requerida; situación que las organizaciones criminales y madereros ilegales han estado usando a su favor.

En otro estudio reciente, World Wildlife Fund Alemania descubrió que la deforestación de los bosques tropicales a nivel mundial se ha más que duplicado al amparo del COVID-19. Solo en el mes de marzo se talaron alrededor de 6.500 kilómetros cuadrados (650.000 hectáreas) de los bosques tropicales. La Universidad de Maryland encontró que la deforestación aumentó en un 150% en marzo de 2020 en comparación con el promedio de 2017-2019 para el mismo mes calendario.

Como ejemplo, en Ecuador, el país con la mayor densidad de carreteras en la región amazónica, recientemente se pudo observar camiones que transportaban troncos de grandes circunferencias, al parecer originarios del bosque primario. Al amparo de la oscuridad, grandes pilas de madera esperaban al lado de las carreteras y riberas de los ríos listas para ser cargadas en más camiones. El repunte de la actividad muy probablemente se debió a la falta de controles ambientales debido a la pandemia.

Madera cortada ilegalmente en las riberas del Río Napo, Amazonia Ecuatoriana. Bärbel Henneberger

Un amortiguador contra la deforestación

El estudio en la revista PNAS tomó en cuenta los vínculos entre el manejo de tierra en territorios indígenas y la deforestación evitada, así como las ganancias y pérdidas en la densidad de carbono por la conversión, degradación y perturbaciones naturales de los bosques dentro y fuera de las tierras protegidas de la Amazonía. Este estudio encontró que el crecimiento forestal en los territorios indígenas presenta la menor pérdida neta de carbono en comparación con las tierras circundantes y que el 90% de las emisiones netas de carbono provienen de tierras no protegidas.

Estos hallazgos refuerzan la importancia de los territorios indígenas y las áreas protegidas en la Amazonía para mitigar el cambio climático y destacan la necesidad de garantizar la protección continua de estas áreas, especialmente en consideración a las amenazas recientes como el COVID-19, los incendios forestales y el sistema de control estatal debilitado.

La Cuenca Amazónica. Distribución (ca. 2016) de Territorios Indígenas (naranja) y Áreas Naturales Protegidas (verde) en la región de nueve naciones dentro del límite biogeográfico de la Amazonía (línea punteada púrpura) (A) relativa a la cantidad y distribución de carbono almacenado sobre el suelo (ca. 2016) (B) y cambios (2003 a 2016) en el carbono sobre el suelo almacenado (C). Tomado de Walker, W., et.al (2020) El papel de la conversión, degradación y perturbación de los bosques en la dinámica del carbono de los territorios indígenas y las áreas protegidas de la Amazonía.

Un llamado a actuar ahora

Robinson López¹, representante del pueblo Inga de la Amazonía colombiana y Coordinador de Cambio Climático y Biodiversidad de COICA, falleció el 21 de agosto de 2020 a causa del COVID-19. Antes de su prematuro fallecimiento, nos habló de la necesidad de continuar con la labor de protección de los territorios indígenas e hizo un llamado urgente a los aliados y gobiernos nacionales para aumentar los esfuerzos para contrarrestar las amenazas que enfrentan los Pueblos Indígenas.

“…Los Territorios Indígenas terminan muy afectados durante la pandemia, puesto que hemos visto un incremento exponencial de ingreso de personas ajenas a nuestros territorios para realizar acciones como tala ilegal, minería, quema y tumba de grandes áreas de bosques. No existen controles por parte del Estado ni tampoco garantías para que las propias comunidades y sus autoridades hagan sus ejercicios de control territorial. Este incremento en la llegada de personas extrañas coincide con el incremento de la población indígena contagiada en la Amazonía.”

Al 8 de septiembre, 55.659 Indígenas de la cuenca amazónica han resultado positivo para COVID-19 y 1.734 han fallecido.

Aún queda mucho por hacer

Por ahora, los territorios indígenas y las áreas protegidas continúan resistiendo la expansión de la deforestación que acontece más allá de sus fronteras. Pero aún queda mucho por hacer. Las tareas pendientes inician por el fortalecimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas, cuyos territorios cubren el 30% de la Amazonía y almacenan el 34% de su carbono, y, la mejora en el acceso a fondos climáticos que compensarían a las comunidades indígenas por la conservación de sus bosques.

Es importante destacar que los gobiernos y los fondos climáticos deben garantizar los más altos estándares y salvaguardas ambientales y sociales; temas a los que López dedicó su vida como dirigente y miembro de COICA.

López había descrito la necesidad de respetar los sistemas de conocimiento indígenas amazónicos para la protección ambiental y territorial de la siguiente manera:

“Para detener la degradación de los ecosistemas en la Amazonía, los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas sobre nuestros territorios ancestrales deben ser reconocidos y garantizados; de igual manera, el respeto a los derechos colectivos y al derecho fundamental de la consulta y consentimiento libre e informado es esencial para evitar y remediar el impacto de múltiples proyectos y leyes que afectan e incentivan la degradación y la deforestación en la Amazonía”

Su legado y el de muchos otros que luchan por proteger a los territorios indígenas, debe servir como recordatorio que garantizar el control territorial indígena es una de las estrategias más importantes para mantener los bosques y mitigar los impactos del COVID-19 en los territorios indígenas de la Amazonía para las personas y el ambiente.

Nota:
El estudio “El papel de la conversión, degradación y perturbación de los bosques en la dinámica del carbono de los territorios indígenas y áreas protegidas de la Amazonía” (solo disponible en inglés) fue publicado por un consorcio, compuesto por científicos, expertos en políticas y líderes indígenas del Centro de Investigación Woods Hole, la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica y el Fondo de Defensa Ambiental. Se publicó en el marco de la implementación del proyecto de 5 años “Territorios Indígenas de la Amazonía: Reconociendo y Respondiendo a la Pérdida de sus Bosques.” Con el apoyo de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo, este proyecto se enfoca en la predicción y cuantificación de los riesgos de los territorios indígenas y los servicios ecosistémicos que causan los drivers de deforestación. El proyecto se centra en reducir estos riesgos al tiempo que promueve los derechos e intereses indígenas a través de acciones de incidencia a nivel local y nacional.

¹Robinson López falleció el 21 de agosto de 2020 debido al COVID-19. Como Coordinador de Cambio Climático y Biodiversidad de COICA, el Sr. López fue un incansable defensor de los derechos indígenas y la protección de los bosques. Puede descargar la entrevista completa con Robinson López aquí.

Consciente del importante papel que desempeñan los Pueblos Indígenas en la protección de los bosques y manteniendo el carbono en los bosques en pie, especialmente en los trópicos, el Fondo de Defensa Ambiental aboga para que los Pueblos Indígenas accedan a los fondos climáticos y se garantice la aplicación de los más altos estándares ambientales y sociales y salvaguardas. El Fondo de Defensa Ambiental apoya a COICA en el mencionado proyecto y en sus esfuerzos para hacer visible el rol de los Pueblos Indígenas en la mitigación del cambio climático.

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