Climate 411

El financiamiento climático relacionado con los bosques debe ser más equitativo para apoyar a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales

Este artículo ha sido escrito conjuntamente por Julia Paltseva, analista principal de EDF, y Tuntiak Katan, de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Para más información sobre bosques con extensa cubierta forestal y bajas tasas de deforestación, visite edf.org/hfld.

Tuntiak Katan, de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Foto de Leslie Von Pless, EDF

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Los bosques son una pieza esencial de la solución del cambio climático, y su conservación eficaz requiere el empoderamiento de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales (PICL). En todo el mundo, los PICL han protegido los bosques durante generaciones. Sin embargo, frente a las crecientes presiones económicas para talar los bosques, los actuales incentivos diseñados para mantener los bosques en pie son en gran medida inaccesibles para las comunidades que viven en áreas con niveles históricamente bajos de pérdida forestal, conocidas como regiones con extensa cubierta forestal y bajas tasas de deforestación (HFLD por sus siglas en inglés).

Un sistema global de incentivos para actividades de REDD+ eficaz y equitativo destinado a reducir la deforestación debería recompensar a todas las jurisdicciones y actores relevantes, incluidos los emisores históricos y los protectores históricos de las reservas de carbono, como los PICL. Debemos eliminar la pérdida de bosques en las zonas donde ya es una realidad. Al mismo tiempo, debemos evitar el futuro aumento de las tasas de deforestación en áreas con pérdidas forestales históricamente bajas: regiones HFLD.

Guardianes del bosque
Los Pueblos Indígenas y las comunidades locales son algunos de los mejores protectores de los bosques, especialmente cuando gozan de amplios derechos a la tenencia y la tierra. En Mesoamérica, los PICL administran la mitad de las áreas boscosas. En la Amazonía, los Pueblos Indígenas administran más del 30 % de la selva tropical, y las imágenes satelitales muestran que las tasas de deforestación en los territorios Indígenas son aproximadamente la mitad de lo que son en tierras circundantes similares. Los PICL suelen practicar la gestión forestal sostenible, mediante la agrosilvicultura y la agricultura de bajo impacto, lo que les permite satisfacer sus necesidades y conservar eficazmente los bosques.

A pesar de un exitoso historial de mantenimiento de bosques intactos, las comunidades forestales han recibido de forma directa menos del uno por ciento de la ayuda gubernamental internacional para la mitigación y adaptación al cambio climático en la última década. El mercado voluntario de carbono, que ha aumentado a casi USD 2000 millones de dólares hasta 2021, impulsado por el sector privado, además de la ayuda internacional, puede proporcionar este apoyo financiero necesario. Se prevé que la demanda corporativa de créditos para bosques tropicales superará la oferta ya en 2030. Este rápido aumento de posibles créditos de carbono debe apoyar a los actores forestales, especialmente a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, ya que a menudo son los que trabajan activamente para la conservación de los bosques. Es fundamental que los flujos de financiamiento climático sean accesibles, inclusivos y equitativos. Sin embargo, la situación actual para el cálculo de los créditos de carbono es desfavorable para los PICL si no se modifican las leyes en los territorios HFLD para determinar el progreso de la reducción de emisiones, como la inclusión de un Nivel de Referencia de Emisiones Forestales (NREF) diferenciado.

Se necesita una financiación climática más inclusiva
Los PICL deben tener una participación activa en el proceso de generación de créditos, así como acceso directo al financiamiento de carbono disponible para las actividades de REDD+. El signo “+” en la sigla REDD+ representa la conservación y el aumento de las reservas de carbono forestal, junto con la gestión sostenible de los bosques, que es exactamente lo que promueven los mecanismos de acreditación para regiones HFLD. Las regiones HFLD son áreas recientemente conectadas con los mercados y, por esta razón, las personas que las administran han mantenido bajas tasas de pérdida de bosques y han renunciado a los ingresos provenientes de la tala y a los posibles beneficios obtenidos a partir del uso alternativo de la tierra. Al mismo tiempo, el desarrollo económico y el aumento de los ingresos para mejorar los resultados sociales son un imperativo en muchas jurisdicciones HFLD. Debido a los servicios de conservación de bosques que las comunidades Indígenas y forestales han prestado durante generaciones, y que continúan prestando, serán las que más se beneficiarán de las metodologías que valoran y acreditan las regiones HFLD y el trabajo requerido para mantener el estado HFLD.

El marco actual de contabilidad del carbono, tanto para pagos basados en resultados como para créditos típicos de reducción de emisiones, utiliza los NREF basados en mediciones históricas recientes para medir el progreso de las reducciones de emisiones. Este enfoque significa efectivamente que las áreas con las mayores emisiones históricas (es decir, de la deforestación) son las que más pueden reducir sus emisiones y, por lo tanto, generar los mayores resultados. Canalizar el financiamiento climático de esta manera puede crear un incentivo perverso para impulsar la deforestación en la actualidad con el fin de acceder al financiamiento en el futuro.

Además, existen claros problemas de equidad asociados con solo recompensar a las regiones donde históricamente se ha permitido aumentar la deforestación. Los actuales sistemas de contabilidad favorecen la reducción de emisiones y la eliminación de los resultados en áreas de emisiones históricamente altas, lo que tiene la consecuencia de penalizar con eficacia las acciones históricas exitosas para preservar los bosques en pie. Si las jurisdicciones HFLD están excluidas de la acreditación, las jurisdicciones y los propietarios de tierras podrían reunir los requisitos para obtener créditos por la reducción de emisiones solo después de que haya ocurrido la suficiente deforestación y se retire la designación HFLD. Se trata de un resultado climático perverso y muy desigual. Esto es injusticia climática.

Acreditar a las regiones HFLD mediante un módulo de contabilidad que reconozca el éxito de la protección forestal recompensaría adecuadamente el papel de los PICL como administradores forestales.
Las metodologías alternativas que detectan las amenazas reales que enfrentan los bosques intactos, y las acciones en curso necesarias para mantener a raya estas amenazas, pueden y deben considerarse para las jurisdicciones HFLD. Un estándar de alta calidad para los créditos de carbono forestal, con salvaguardias sociales y ambientales adecuadas, junto con validación y verificación independientes, ayuda a asegurar este objetivo. De lo contrario, los mercados de carbono pueden provocar la exclusión total de los administradores forestales más exitosos del mundo y no reconocer el claro esfuerzo adicional que realizan las comunidades que viven en ellos para conservar los bosques.

Quienes viven y gestionan activamente los bosques en pie deben beneficiarse de los mecanismos de financiamiento para las estrategias de reducción de emisiones, al tiempo que abordan sus necesidades básicas de subsistencia. Para salvar las selvas tropicales, las personas que mejor las conocen —los Pueblos Indígenas y las comunidades locales— deben participar adecuadamente en la toma de decisiones, incluida la elaboración y aplicación de planes de conservación forestal y acuerdos de distribución de beneficios. Los créditos REDD+ jurisdiccionales de alta calidad que reconocen el papel esencial de las regiones HFLD pueden desbloquear el financiamiento que necesitan con urgencia los países con bosques tropicales, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales para salvaguardar sus bosques. Pero esto solo sucederá si los PICL participan activamente en los procesos técnicos para diseñar metodologías diferenciadas, como los cálculos de los NREF, y condiciones para las jurisdicciones HFLD, entendiendo que se encuentran en una etapa diferente de la curva de transición forestal que otras jurisdicciones con altas tasas de deforestación.